Grandes violinistas – Joseph Joachim

El violinista Joseph Joachim, el menor de siete hijos, nació el 28 de junio de 1831 en Kittsee, un pequeño pueblo cerca de Pressburg, actual Eslovaquia. Su padre era comerciante. A la edad de un año, su familia decidió establecerse en Pest.

La educación musical de Joseph Joachim comenzó con la guitarra, que solía servir de acompañamiento en las prácticas vocales de su hermana mayor, hasta que un día su padre le trajo de la feria un violín infantil. Este se convirtió en su compañero inseparable y pronto comenzó a adquirir buen sonido. Todo lo que oía, lo reproducía después en su instrumento. Así continuó hasta los seis años, cuando comenzó a recibir clases. Tuvo la buena fortuna de encontrar a un maestro experimentado y concienzudo, Servaczinski, a quien le debía la adquisición de esa temprana y segura «técnica» que constituye la base indispensable de toda vocación artística.

Antes de cumplir siete años, Joseph Joachim ya había ganado sus primeros premios musicales. Dos tíos suyos vivían en Viena, quienes prometieron cuidar del futuro de su sobrino. Más tarde estuvo bajo la tutela de George Hellmesberger. Este artista, tras instruir a Joseph durante casi un año, declaró inesperadamente que la mano derecha de su alumno estaba demasiado débil para manejar el arco con la energía necesaria. Justo en ese momento, el famoso violinista Ernst celebraba brillantes triunfos en la capital austriaca. El joven Joseph acudió apresuradamente a él y le contó su difícil situación, encontrando una cálida recepción y recibiendo ayuda real. Gracias a la mediación del virtuoso, el excelente maestro de Ernst, Bohn, recibió al niño en su propia casa. Transcurridos tres años, no había nada que pudiera enseñarle a su alumno. La formación del violinista estaba completa; la del artista aún estaba por comenzar.

En los años treinta y cuarenta del siglo XIX, Leipzig era el centro indiscutible de la vida musical alemana. La riqueza musical que poseía la época actual cobró forma creativa en las personas de Mendelssohn y Schumann. Para ambos, Leipzig se había convertido en su segundo hogar. Allí, en el recién erigido Conservatorio de Música y en las antiguas y renombradas interpretaciones de la Gewandhaus, se podía encontrar la fuente de toda enseñanza y estímulo artístico. Una prima de Joachim, con quien en sus inicios había practicado diligentemente las sonatas de Beethoven, se había casado y establecido en Leipzig. A pesar de la oposición de sus tíos, Joseph Joachim se mudó a Alemania.

Sabemos que Mendelssohn se hizo cargo de Joseph Joachim, cuyo auténtico prestigio artístico su agudo ojo experimentado reconoció a primera vista. Lo ayudó incansablemente, brindándole consejos y ayuda material. En el invierno de 1844, Joachim ya tocaba en público en Leipzig y al año siguiente siguió a Mendelssohn a Londres. Con su interpretación de Beethoven, Joachim sentó las bases de su extraordinaria popularidad en Inglaterra. Desde entonces, numerosas temporadas en Londres lo han recibido como invitado de honor.

Tras regresar a Leipzig, se convirtió en miembro de la orquesta de la Gewandhaus, que también era la del teatro cuando se representaba ópera. Allí tuvo la gran oportunidad de conocer la orquesta en su conjunto, así como la naturaleza de cada instrumento individual. En el otoño de 1849, con el título de concertino, se trasladó a Weimar, donde Liszt era muy popular y reunía a su alrededor a toda la juventud musical de Alemania. Esta nueva esfera de actividad no atrapó por mucho tiempo a nuestro joven artista; pues en 1851, recibió una llamada a Hannover como director principal de los Conciertos Sinfónicos que se establecieron allí durante ese invierno.

En 1863 se casó con Amalie Weiss, por aquel entonces prima donna del Teatro de la Corte, y tras la guerra prusiano-austriaca, se estableció en Berlín.

Entre todos los virtuosos de aquel momento, Joseph Joachim ocupaba sin duda el primer lugar. Además, Joachim tenía un especial interés en la música de cámara. También es conocido como compositor, especialmente por su Concierto Húngaro; mientras que como director de la Hochschule für Musik de Berlín, Joseph Joachim cosechó un éxito notable.

Joseph Joachim fue obsequiado con un violín Stradivarius en 1899 con motivo de la celebración del Jubileo por el 50.º aniversario de su recital de debut en Londres. Este excepcional violín había sido fabricado en 1715 por Antonio Stradivari y se llamaba «Il Cremonese». Este tipo de celebraciones y regalos no es infrecuente en la carrera de Joachim, lo que refleja su inmensa popularidad y la admiración que despertaba. El 4 de mayo de 1904, se organizó un «Jubileo de Diamante» en su honor para celebrar el 60.º aniversario de su primera aparición en Londres, demostrando una vez más sus estrechos vínculos con Inglaterra. Joachim recibió un discurso y un retrato suyo realizado por John Singer Sargent. El propio Primer Ministro asistió al evento.

La fuerte reacción que provocó la muerte de Joachim el 15 de agosto de 1907 se puede apreciar en numerosos obituarios, panegíricos, artículos periodísticos y cartas de amigos que lamentaban la pérdida de un gran hombre. Joachim fue reconocido no solo por su talento musical, sino también por su gran calidad humana.

Grabación Joseph Joachim

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